jueves, junio 07, 2007

 

niebla

cada minuto que pasa el tupper del décimo piso de la calle ugarte va quedándose más aislado. no es una figura poética ni una descripción del estado mental de sus cuatro habitantes fijos. es la realidad. basta con mirar por la ventana y comprobar que a cada segundo va cerrándose cada vez más la niebla sobre el tupper y buenos aires misma. si a las tres de la tarde veía hasta dos cuadras, ahora apenas distinto lo que queda a media. buenos aires londinense, seguramente escribirán mañana varios diarios -me suena a la nación, sobre todo-. la cosa en sí tiene su encanto. habrá depres que festejarán la idea. también los apocalípticos, que todo lo relacionan con el fin del mundo. y hasta los optimistas podrán jugar a no ver las imperfecciones de la ciudad. yo lo disfruto a mi manera, sabiendo que es sólo eso, niebla. que no hace nada. que es niebla, repito. y que me gusta sin una razón válida que la sustente. la niebla en sí me trae muchos recuerdos. esos días heróicos en que con mi viejo y mis hermanos cruzábamos a la mañana el viejo puente bancalari por la aún más vieja panamericana desde don torcuato para llegar al colegio en shanishidro. o esa vez que, sacando la cabeza por la ventana, tardamos una hora y media -o más, la memoria sobre jornadas etílicas siempres engañosa- en llegar a una fiesta en pilar, che. o mi hito viajero de los 90, cuando con dos amigos llegamos hasta perú en un 147, y donde una parte del viaje consistió en cruzar la cordillera de los andes, desde cusco a arequipa en una tarde noche neblinosa, donde no se veía a dos metros de distancia -real- y podías caer por los barrancos que cortaban la ruta. precisamente de ese viaje nos acordábamos en silencio hoy con ñ, ya que le revelé algunas fotos de entonces [y que dan por tierra con su teoría de que volcamos, cuando sólo nos salimos del camino para esquivar un camión atravesado]. qué viaje. el dueño del auto y tercer gran viajero fue el mucho más viajero -por millas e historias recorridas después- hernanii, que por estas horas se recupera de su operación bajo los amorosos cuidados de la dulce irina [bah, lo suponemos y esperemos que sea así]. me gustaría contar con una foto para postearla acá, del 147 badeando ríos que ni la 4x4 más preparada se animaría a hacerlo pero que nosotros logramos gracias a nuestra inconciencia juvenil. espero que ñ las escamée y me las pase así puedo hacerlo. bueno, todo eso me dispara la niebla, cómo, entonces, no quererla.

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