calixto

hay, bono, espero que la próxima vez que vengas por acá me haga un tiempito para ir a verte. mi programa se frustró. u2 está terminando de tocar en estos instantes en river y yo estoy en el tupper del décimo piso de la calle ugarte. si me voy al lavadero y paro la oreja, escucho la música que viene de la cancha. en serio. algo difusa a veces, pero se escucha. así oí pride (o, seamos sinceros, lo que creía que era pride), mientras me fumaba mi único cigarrillo de la tarde-noche. es que mi casa es smoke free en el 95% de su superficie habitable y me la tengo que rebuscar para prender uno. y que no me vea m. a ver si tiene ganas de pedirme una pitada. no señor. no lo haría. pero bueno, la noticia agradable del día (que no es, obviamente, la del post anterior) es que volvimos a casa. la familia entera se reencontró con su hogar tras seis días de forzada ausencia. seis días durante los cuales odié un poco más al género humano en su versión argentina. no porque haya tenido alguna mala experiencia con el personal de la trinidad -médico y no médico- sino porque no estoy hecho para el contacto continuo con otros seres desconocidos, es decir, pacientes y visitantes de otros pacientes de ese sanatorio, por ejemplo. gente que, por ejemplo, se agolpa en las puertas de los ascensores esperando meterse cuando abran las puertas sin esperar que los que bajan puedan salir... sí, una boludez, pero la de puteadas que vi en estos días. figurate, bajaba en promedio diez veces por día, para trámites varios, cigarrillos varios y aireadas varias. ah, ¿por qué nos quedamos tanto tiempo? m desarrollo una infección y tuvieron que atenderla. si fuera por r, nos hubiéramos ido el lunes. pero a m había que cuidarla y así lo hicimos. en total, repito, fueron seis días de vacaciones en esta suerte de health spa para parturientas a un costo (el acompañante, o sea yo) de casi 400 pesos. ¿no es caro? sólo me daban el desayuno, che. sí, soy ratón, y me la banco. es que hay que bancar la economía hogareña con el sueldo de periodista. si al menos paul hewson intercediera por mí y mis pusilánimes compañeros ante la patronal... pero no, y al estar de vacaciones, me quedé sin entradas para u2. me lamento, mas no me compadezco de mí, ya que está bueno esto de volver con otra integrante al tupper. la niña tuvo hoy un pequeño pico de stress, que le habrá durado 15 minutos, pero que lo relacionamos con la llegada a casa, luego de seis días entre algodones. lloró, se cagó varias veces y ahora duerme plácidamente, con sus aritos recién puestos haciendo juego con su sonrisa de perlas... (¿poeta yo?, ni en pedo: sólo grasa). f, mientras tanto, observa todo. abraza a su hermana, le toca la cara (sin violencia por ahora) y hasta le da besos. creo que funcionó lo de mirá qué lindo auto te regaló tu hermana cuando la vio por primera vez. él también duerme contento. ahora nos toca a nosotros dos, los mayores, tirarnos a cerrar los ojos hasta que el estómago de la pequeña lo dicte.
pido colaboración a los pocos lectores de este blog sobre los pormenores de u2 y de franz ferdinand. un orgullo marido y padre por partida doble se los agradacerá...