miércoles, marzo 08, 2006
de antibióticos y destituciones
mientras lucho -literalmente- para que f tome un antibiótico, intento leer las cosas que se escribieron sobre lo que pasó ayer en la legislatura porteña, con ibarra destituido. el único contento con todo esto tiene que ser, seguro, telerman. el pelado, anoche, debe haber tomado champagne en secreto. debe haber llegado a su casa después de estar todo el día con cara de circunstancias. así, solo tras una jornada para él histórica, se fijó que nadie lo mirara, buscó en la heladera la botella que había estado enfriando todo el día y, bien frapé, casi se la bajó de un saque: ¡jefe de gobierno! gritó para sus adentros, cosa que los vecinos no notaran su alegría. ¡y sin hacer nada! debe haber rematado la frase. después, de a poco, recibió un par de llamados y todos rieron entre dientes, felices... hasta 2007 buenos aires lo tendrá como jefe de gobierno y, si hace la plancha con inteligencia -como hizo ibarra en su momento- quizás ese año pueda repetir y quedarse ahí, a pasos de la plaza de mayo. supongo que tras su estadía gratuita lo único a lo que aspirará será una banca en diputados o el senado, buscando tal vez que alguien lo premie por no haberse mostrado en ningún momento como el triunfador del día. ibarra, en cambio, debe estar pensando cuánta guita le costará todo esto. si su novia lo va a ayudar con algunos mangos para parar la olla. y fijarse si alguien le ofrece alguna embajada o consulado en el exterior. sería su salida decorosa y buscará que alguien le pague sus deudas. mientras tanto, en buenos aires, una nueva hora comienza, con los familiares de cromañón brindando también, pero con su alegría vacía a cuestas. ¿qué consiguieron? nadie tiene idea. quizás sólo querían ver a ibarra fuera de su puesto. ¿qué ganan con eso? nada. y lo que pierden sólo podrá cuantificarse en el futuro, cuando este caso sirva como precedente para miles de actitudes iguales cada vez que a alguien no le guste cómo se estén manejando las cosas. como a f, que no le gusta el antibiótico y por más que le ofrezco un chocolate a cambio -sirvió tan bien anoche- prefiere mantenerse ajeno a la cura.