lunes, enero 09, 2006
pepe
te lo dije pepe: te iban a usar de bandera. ya en la tapa anunciaban tu caso en perfil. adentro, lo que todos intuían. primero, la nota sobre vos en el cuerpo central, como para ir calentando motores. después, la contrapata. sí, te anuncié que lo iba a hacer fontevechia que, en el fondo, te usó más que nada para vanagloriarse de su profesionalismo, incluso si eso implica demostrar cuán bajo podía llegar a veces. pero lo mejor fue, seguramente, cuando te pidieron hacer tooooda la contratapa de la sección observador. no lo habrás podido creer, seguro. ya no la ibas a compartir con nadie. menos mal, pensaste, que a miriam lewin ya la habían despachado hace rato. y entonces vos contaste tu versión. ahora, pepe, ¿por qué tenías que empezar con que estabas en nueva york en los 80? ok, sé que hacía al punto que querías demostrar: que la censura de k es igual a la de la dictadura. todo bien. pero, en serio, no se te ocurrió pensar que quizás tu programa era malo. pero lo que quizás me rompió un poco las bolas fuera enterarme de que estabas haciendo tus últimos programas desde tu casa en punta del este. y ahí me pateaste en los güevos. qué sé yo, quizás es envidia, lo reconozco. pero flaco, dejate de joder. te parecés a neustadt. sé que la globalización y la internet y bla bla bla permiten esos adelantos tecnológicos, pero tenías que confirmar que sos un rata que apenas podía se escapaba al este. no sé, repito, envidia mayormente. igual, ya hubo gente que te dio para tengas. y todo este razonamiento desordenado lo único que logra es que, además de odiar mi escritura, que me obligás a ponerme en evidencia frente a los pocos que leen esto. gracias, amigo. te debo una.