calixto

iluso yo. tenía que buscar dos regalos de navidad. y decidí pasar por paseo alcorta. porque me quedaba de paso. y porque de verdad pensé que iba a encontrar algo. pero no, me fui con las manos vacías. estuve a punto de comprar un libro en yenny (tengo un cheque del ateneo por valor de 30 pesos y los pensaba usar) pero la larga cola de gente comprando argentinos II o los mitos de la historia argentina o alguno de bucay me convenció de que lo que mejor era to stick to the plan. pero no encontré nada, repito. bueno, en la juguetería busqué el disfraz de tigger (marina, de vader no había, por si acaso) y lo tenía, pero a 15 mangos más caro que en otro boliche en el que lo había visto; a todo esto, me pregunto, ¿por qué la diferencia abismal de precio? onda que seguí recorriendo de punta a punta el lugar y nada. sólo me topaba con acentos extranjeros, noviecitos cool haciendo compras para sus respectivos padres con las tarjetas de sus respectivos padres y demás. y también algo divertido: gente entrando en etiqueta negra con cara de salgo de acá con el traje de tinelli y después se iban con otra como diciendo, che, justo no tenían el talle o no me gustó el corte. como para que los de afuera sintieran que de verdad podían gastarse esa guita en esas cosas. ¿se entiende? apariencias que le dicen. y ahí se guardan y mucho. todos aparentan algo. yo sólo desesperación. por no poder comprar nada. por no entender porqué me había bajado del auto de mi cuñada con aire acondicionado para trajinar por esos pasillos sin nada para ofrecerme a mí, triste empleado pauperizado. o sea, en el fondo, quizás yo también busqué aparentar (aunque no entré en etiqueta negra) y, con la desazón de mi descubrimiento esnobístico, enfilé para el estacionamiento y volví a mi realidad. por unos minutos me mantuve con la ventana baja, bañándome en calor como para recordarme de dónde venía. aunque al ratito, puse el ac de nuevo.