martes, septiembre 27, 2005
mi postura
a continuación, la crítica que aparecerá el jueves sobre tiempo de valientes. no la adelanto porque tenga miedo de que me agarre el síndrome bernades (je) aunque, con un jefe histérica (no hay falta de ortografía) como el que tengo, nunca sé si no aparecerá al menos cortada porque no hay espacio, viste. pero sí la mando porque me hago cargo de mis gustos. y la verdad es que la peli me pareció copada. y porque hoy tuve algo de tiempo extra (léase, al pedo). sin más, aquí les va.
Damián Szifrón, confeso amante de las películas de acción estadounidenses, se da el lujo en `Tiempo de valientes' de tener su propio símil fílmico. Eso sí, con un marcado sesgo original y local.
Entretenida, divertida, inteligente y llevadera, `Tiempo de valientes' se nutre de muchos exponentes del género pero el resultado es ciento por ciento `szifronesco'. Es ese estilo que caracterizó a `Los simuladores' y que también se vio en su primera aventura cinematográfica, `El fondo del mar', aunque desde otro ángulo.
En el debe se podría contar que es más `televisiva' de lo deseable (en su factura técnica), pero a diferencia de otros realizadores de pantalla chica que probaron suerte en la grande con bodrios ídem, el contenido se sostiene en la sala a lo largo de los 110 minutos que dura.
Porque aquí sobresale el contenido por sobre la forma (que igualmente está tratada con prolijidad y al detalle). Porque sorprende el guión llevadero, repleto de giros en los que el espectador podrá reconocerse. Pero no son apelaciones demagógicas, simples, sino de cosas pequeñas que hablan bien del ojo observador de Szifrón, capaz de captar objetos, situaciones, palabras, de la crónica diaria y transformarlas en material cinematográfico.
Szifrón presenta a dos personajes centrales: Mariano Silverstein (Diego Peretti en un muy buen trabajo) es psicológo, progre y desconfiado de todo lo que lleva uniforme. Alfredo Díaz (Luis Luque se luce) es policía, algo dado a las arbitrariedades que le da su profesión, pero por principios, honesto.
Una `probation' vinculará a Silverstein con Díaz. Para saldar su deuda judicial, le asignan en terapia a Díaz, que está deprimido porque su mujer lo engaña con otro hombre. El tema es que el oficial está tras la pista de un asesinato doble y, luego de una mala noche, Silverstein terminará acompañándolo en la labor detectivesca, al punto de involucrarse él también en el caso (que trata sobre una corruptela a cargo de nefastos personajes de la Side).
No sirve dar más detalles de la trama. Sólo explicar que durante su desarrollo habrá momentos muy divertidos, algo de suspenso y otro poco de acción (medio `a la argentina', pero acción al fin). Y, también, que contará con un sólido trabajo del resto del equipo actoral.
Tiempo de valientes' es entretenimiento puro. Szifrón no busca trascender desde otro lado. Es un director que, a su manera, se arriesga por una clase de cine muy poco explotado en la filmografía local. Por otra parte, sería una falacia argumentar que busca emular a filmes como `Arma mortal'. Pero el espíritu sí es ese.
La seriedad que envuelve este trabajo lo equipara en voluntad con otros exponentes del cine nacional. Y allí radica su valor como realizador: en querer hacer algo para no estupidizar al espectador. Y eso es siempre bienvenido, sea desde la `corriente' que sea.