calixto

es imposible soslayar la lluvia. máxime cuando el viento que la acompaña silba muy fuerte contra las ventas del tupper de la calle ugarte. atronan los vidrios, golpean las persianas. y la calefacción parece que funciona a media máquina. por lo demás, sigue siendo gracioso ver cómo cambian los comportamientos cuando alguien se está mojando. derrepente ya no existe la educación, los atropellos en las escaleras del subte son una constante y nadie te da el paso en la calle. ni qué hablar de los que usan paraguas y los bajan para que no se los lleve el viento. te chocan y encima se enojan con uno, que venía esquivando charcos. ah, buenos aires con lluvia. menos mal que no llueve así muy a menudo. al llegar al tupper, dopo besos y abrazos a los sus dos internos, nada mejor que una ducha bien caliente para hacerte olvidar que habías ido a trabajar sin medias, imbécil. y ahora a pensar en una suculenta comida para que la noche sea perfecta. lo único que lamento es que terminé el libro que estaba leyendo, la tía julia y el escribidor que, si bien algo engorroso en algunos pasajes, disfruté en serio. el vargas llosa de ese entonces me gusta. me entretiene y eso se agradece. seguiré mientras tanto con la relectura del baño, adán buenosayres. pero no es lo mismo. necesito un libro para el colectivo y el subte. y por ahora no se me ocurre ninguno.