calixto

me levanté temprano. porque venía el arquitecto que arregló del departamento. y lo tenía que, al menos, putear. porque de lo que hizo, todo ya está en ruinas. humedad en el baño chiquito a la altura de la cadena y los caños de abajo (una mancha que me mira y se ríe de mí y que ya transpira por cierto). la pared que levantó, resquebrajada. y así un listado bastante grande. pero el tipo no vino. y eso que me levanté a los 8.30, arreglé el l/c, lavé los platos, airié otro tanto y, cuando ya estaba todo listo, viene m y dice que el tipo no va venir. que anoche me avisó. ¿anoche? sí, cuando llegaste. entonces recuerdo: llegué a las dos de la mañana, me acosté al lado suyo y no me dijo nada. o sí: msmfmmmfm, agghmmmmmsghhs... nada más. pero al que madruga dios lo ayuda. y juego con f. y me preparo para venir a laburar. y me acuerdo de lo de anoche, que estuvo divertido. todo un grupo de ex fci, mixto para más datos, y bastante divertido. con diez años de conocernos, ya los perfiles se han definiendo claramente. la chica casada y muy de su hogar. la liberal y divertida. la soltera y sin apuro. el vago y atorrante que sin embargo es más responsable que muchos. la que está de novia y estrenaba casa (muy linda por cierto, la casa). el otro, que era torpe y ahora se desempeña en una multinacional. el piletero que es un maestro, algo talibán, eso sí. y yo: casado con m, padre f y niño/a por venir. la cosa dio para mucho, algo que no ocurría hace bastante. comimos ravioles y no tomamos cerveza porque nunca la pusimos en la heladera. igual la noche conspiró para que nos entretuviéramos. y habláramos con la misma intensidad de banalidades puras (¡qué zapatos!) hasta cositas más serias, como ventajas y desventajas de la vida en pareja (de todo tipo de pareja). y de vuelta al día de hoy, que llegué al laburo en auto y escuchando en el discman a keane. que me gusta y mucho. y la pasé bárbaro. sólo me falta ganar el loto, quini 6 o lo que sea, pero siempre en premios millonarios.